Los procedimientos de tráfico son habituales en los tribunales españoles debido a las peticiones de indemnización por el daño personal y material vinculado a la culpa o negligencia de una de las partes.

Y es que, tal y como fija la Ley, el conductor de vehículos a motor es responsable, en virtud del riesgo creado por la conducción, de los daños causados a las personas o en los bienes con motivo de la circulación.

En el caso de daños a las personas, de esta responsabilidad solo quedará exonerado cuando pruebe que los daños fueron debidos a la culpa exclusiva del perjudicado o a fuerza mayor extraña a la conducción o al funcionamiento del vehículo. En estos supuestos, hay que tener en cuenta que no se consideran casos de fuerza mayor los defectos del vehículo ni la rotura o fallo de alguna de sus piezas o mecanismos. Para los bienes, el conductor responderá frente a terceros cuando resulte civilmente responsable.

Solo en 2021 un total de 1.004 personas fallecieron en las carreteras españolas y otras 3.729 resultaron heridas de gravedad, según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT). Cifras que ascienden considerablemente si se tienen en cuenta los siniestros en los que los implicados resultan levemente heridos o los daños son solo materiales.

¿Qué tipo de pericial exige un procedimiento de tráfico?

En este tipo de reclamaciones, por tanto, se vuelve crucial la prueba pericial. Una prueba que estará relacionada con diversos aspectos del accidente. Por un lado, la vinculada a la constatación y valoración del daño personal o material y, por otro lado, la prueba dirigida a determinar las causas y circunstancias que han provocado el siniestro para poder atribuir responsabilidades.

Una de las pruebas periciales que no suele faltar en los procedimientos de tráfico, son los informes de biomecánica, que tratan de determinar la conexión entre el accidente y los daños.

En ocasiones, las aseguradoras descartan el nexo causal ante la baja intensidad de los accidentes, peso a ello el afectado puede presentar un informe pericial de parte para acreditar los daños por los que reclama.

De esta manera, un experto en la materia valorará en el informe la velocidad del vehículo, la huella de frenada, la posición del vehículo, la diferencia de masa entre los vehículos implicados, así como la zona impactada, entre otros aspectos. Asimismo, tendrá en cuenta la posición de los ocupantes en el momento del impacto, las condiciones médicas previas o la previsibilidad.

En este tipo de procedimientos, es habitual la existencia de varias periciales complementarias, y no un informe aislado.

Por ello, el Perito también podrá realizar valoración de los daños sufridos en los vehículos de cara a fijar una indemnización. Así, determinará el valor nuevo, el valor venal (importe en dinero que obtendría el propietario de un bien material usado, si en un momento dado decidiera su venta) y el valor de mercado del vehículo siniestrado. Del mismo modo, se podrá aportar la valoración de la reparación y las facturas de reparación.

Otra de las pruebas clave en los accidentes de tráfico es la pericial médica, ya que la propia Ley exige informe médico para la determinación y medición de las secuelas y de las lesiones temporales.

El perito tendrá que señalar las lesiones sufridas como consecuencia del accidente, su conexión con el impacto, el tiempo de curación y si una vez superadas han provocado secuelas y, en su caso, sus características y gravedad. Y es que, la propia Ley sobre responsabilidad civil y seguro en la circulación de vehículos a motor contempla un baremo médico y económico para determinar la cuantía indemnizable.

También podría ser útil un perito de incendios, en caso de que producto del impacto el vehículo sufra un incendio. El trabajo de este experto consiste en valorar y reconocer los daños que ha sufrido el automóvil, determinando y analizando las causas, consecuencias, razones, e incluso, hacer una cuantificación económica de los daños detectados.

En el procedimiento, el juez o tribunal, según jurisprudencia consolidada y la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC), valorará los dictámenes periciales según las reglas de la sana crítica. Eso sí, en dicha valoración, será clave la cualificación y experiencia de quien aportó el informe, los análisis o pruebas en las que vienen apoyadas sus conclusiones, así como el respaldo de su dictamen con la valoración de otros técnicos, entre otros aspectos.

En Perito Judicial Oficial somos conscientes de la importancia de una buena pericial sobre el accidente para lograr el éxito en las reclamaciones de daños físicos y materiales, por eso si necesitas los servicios de un perito experto en accidentes, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.